El leñador miraba nervioso a su alrededor. No quería que ningún aldeano hubiera decidido darle un susto con sus estúpidas supersticiones. Kodamas, guardianes de los árboles,,, tonterías. Lo cierto era que había visto en su camino varios árboles rodeados con unas cintas llamativas y ofrendas frente a sus raíces. No eran muchos los marcados pero si los suficientes como para haberle contagiado cierta inquietud. Continuo adentrándose más y más en lo profundo del bosque japonés. Solo el ruido de las ramas mecidas por un viento imperceptible y el sonido de las hojas secas al crujir rompían el silencio del bosque. Se detuvo delante de un árbol que por su forma y calidad le pareció adecuado. Además no sería difícil localizar. Echó un último vistazo a su alrededor. De repente el bosque se había sumido en un silencio sobrenatural y se sentía observado por mil ojos. Dudó. Finalmente, llenó de aire sus pulmones y alzando por encima de la cabeza su afilada hacha asestó un profundo golpe al indefenso árbol que comenzó a sangrar. El leñador se apartó asustado mientras el busque rugía, como si miles de árboles estuvieran siendo derribados. Retrocedió, con tal mala fortuna que su pie quedó atrapado en una de las raíces del árbol que acababa de dañar haciéndole caer. Cuando alzó la vista una extraña criatura blanquecina le observaba. Su rostro era informe y su cuerpo menudo. Al mirar a su alrededor el leñador descubrió que miles de criaturas blanquecinas le observaban en silencio. Le invadió el pánico justo en el momento en que comprendió que la venganza de los Kodama le impedirían salir de aquel bosque con vida.

La historia de los Kodama se remonta a muy antiguo. Más incluso que la propia escritura japonesa. Habitantes de los bosques nipones los Kodama eran considerados una especie de deidades que habitaban en los árboles. Incluso los árboles en los que habitaban eran denominados así. Existen varios significados diferentes para la palabra Kodama a medida que los kanjis han ido evolucionando. Desde los primeros Kanjis cogidos de el chino donde se podría traducir como » 古多万[古– (ko; viejo) – 多-(da; muchos) – 万(ma; 10,000)» y cuyo significado literal sería algo así cómo ‘los miles de ancianos» al japonés actual cuyos kanjis pueden diferir ligeramente pero que en resumidas cuentas vendrían a significar 木魂(木; ko; árbol – 魂; dama; alma) o “espíritu de los árboles” . Según se cuenta estos espíritus benefactores de la naturaleza gustaban de burlar a los humanos imitando sus voces en el bosque y gracias a su invisibilidad confundirlos. Es por ello que otra forma por la que se conoce a estos seres es «Eco» 谺, el «eco de los árboles».

Dada su invisibilidad y su presunta afinidad a ciertos árboles en concreto y para prevenir posibles accidentes no deseados con uno de estos mágicos seres que podría llevar la desgracia a todo un poblado los monjes y meikos usando su conocimiento ancestral marcaban estos árboles con cintas sagradas llamadas shimenawa. Se cuenta de estos seres que podían tomar forma a voluntad, desde ancianos hasta seres adorables, pero que si bien podrían ser fuente de bendiciones para aquellos para los que les honraban ocurriría todo lo contrario para aquellos que le agraviaban o herían.

Si un árbol Kodama era herido podría sangrar por el corte. A medida que evolucionaba la historia estas entidades perdieron su categoría de deidad y pasarían a ser más un tipo de lo que podríamos llamar duende del bosque, sobre todo a partir del periodo Edo pudiendo incluso mezclarse con los seres humanos. Hoy en día se les sigue rindiendo culto en alguno de los bosques de Japón como por ejemplo en las islas de Izu, en Aogashima. Así que ya sabéis, si vais a Japón, tened cuidado con lo que hacéis en el bosque no sea que soliviantéis a un Kodama.

Para saber más y mejor:
http://es.yokai.wikia.com/wiki/Kodama
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