Ya sea por un fetichismo enfermizo o por fines científicos lo cierto es que muchas partes de los cuerpos de músicos famosos han permanecido vagando de aquí para allá mucho tiempo después de su muerte. Casos curiosos , raros y peculiares en un ranking muy particular.
Los músicos ponen el alma y el corazón en sú música. Por eso no es de estrañar que uno de los más famosos músicos de todos los tiempo Chopin estuviera preocupado por donde reposaría tan sensible órgano. Es por esto que el compositor pidió que su corazón reposara en la Iglesia de la Santa Cruz de Varsovia en Polonia mientras que el resto de su cuerpo descansar en el cementerio Pere Lachaise de Paris. Pero como todo resto que se precie este sufrió los avatares propios de toda gran aventura. Tras un periplo importante para llegar a su destino, el corazón de Chopin llegó a manos de sus familiares que finalmente decidieron enterrarlo en un pilar de la iglesia citada anteriormente. Durante la Segunda Guerra Mundial un generl Nazi llamado Von dem Bach, se apropió del corazón justo antes de comenzar los bombardeos sobre la ciudad. Pero este corazón conservado en alcohol no reposaría en paz. El año pasado un grupo de expertos exhumaron los restos de forma cuasi clandestina para averiguar la causa definitiva de la muerte del músico. Tras su análisis y el posterior sellado del contenedor los restos fueron depositados de nuevo a su lugar de origen.
Y seguimos con los músicos que de mayor o menor medida siempre han estado unidos a curiosos desmembramientos con cierto toque de megalomanía. Por ejemplo al pobre Beethoven le fueron estirpados los huesos de los oídos durante la autopsia que se realizó en la Universidad de Viena. No obstante , se les perdió la pista siendo la última persona que en teoría los tuvo el ayudante médico , Anton Dotter. Según se rumoreó por la época este abría vendido los restos a un médico extranjero. En 1863 el cuerpo del genial compositor fue exhumado desapareciendo «misteriosamente» dos trozos de ocho centímetros del cráneo. Reaparecerían en 2005 en Danville (California), como una especie de reliquia familiar pasada de generación en generación . Unos estudios genéticos reveleron su autenticidad y finalmente fueron donados a la Universidad Estatal de San José.
Joseph Haydn, mejor dicho su cuerpo, tampoco se libró de un terrible desmembramiento. En este caso de su propia cabeza. Dos días después de un apresurado entierro en pleno apogeo de las guerras napoleónicas, un pseudo científico aficionado a la frenología (teoría que sostiene que la forma y la medida del craneo afecta a la inteligencia) robó la cabeza del músico. Cuando se desenterró el cadáver en 1815 para ser reubicado en Eisenstadt se descubrió el robo. Afortunadamente el craneo no se había perdido como ocurrió con el cuerpo de Mozart. Esta vez hubo suerte y el cráneo sería donado en 1839 a la Academia de Música de Viena, expuesto en 1895 en una urna de cristal sobre un piano y finalmente devuelto al cuerpo en una ceremonía religiosa en la iglesia de Bergkirche en 1954.
Como puede verse, la azarosa muerte de algunos de los músicos más famosos del mundo están llenos de curiosidades. Pero si se rasca más en la historia no sólo los músicos han sido víctimas de estas disecciónes. Einstein, Galileo, Rasputín y un largo etcétera de famosos e ilustres personajes han sufrido el cercenamiento de alguna parte de su cuerpo, pero eso es otra historia. Feliz lunes.
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