
Los incendios son pavorosos. Sus lenguas de fuego devoran y destruyen en minutos aquello que por su singular valor el hombre ha querido conservar para la posteridad. Esto es lo que ocurrió en el devastador incendio que arrasó la biblioteca Mackintosh de la Glasgow School of Art’s, en Mayo de 2014. Parte de su colección de valiosos libros, así como su mobiliario y decoración estilo arte nouveau fueron destruidos.

Fotografía fía: Jeff J Mitchell / Getty Images
Pero del caos y la destrucción puede resurgir como un ave fénix parte de lo que en teoría se perdió. Esa es la labor que ahora comienzan con los trabajos arqueológicos dirigidos por Gordon Ewart, director de Kirkdale Arqueología , empresa dedicada al asesoramiento, consultoría y desarrollo de excavaciones arqueológicos. Su objetivo, intentar obtener el máximo de material recuperable de los restos del incendio.

¿Pero qué se puede recuperar de un lugar que fue completamente destruido? Más de lo que se piensa.
«Estamos buscando los libros que son viables [para una recuperación], y objetos específicos – en particular relojes, muebles y accesorios de iluminación, así como la madera y el tejido de la propia biblioteca.» Comentaba Gordon Ewart.
«Esperamos sinceramente que como parte de la operación de salvamento, así como los objetos y los muebles Mackintosh, algunos de esos libros se salve. Puede haber algo de debajo de los escombros, a la derecha en la parte inferior.[…] Cuando los extraigamos , van a ser expuestos a congelación, para detener cualquier crecimiento de moho, y en última instancia, nuestro objetivo será el de restaurarlos y hacerlos utilizables de nuevo para los estudiantes e investigadores que tenemos aquí […] dentro de unos años, cuando este se vuelve a abrir como un espacio de la biblioteca utilizable, será bonito volver a ver algunos de esos libros como parte de las celebraciones y que ellos tomen su lugar en ese espacio», dijo Duncan Chappell, bibliotecario de la escuela.
Este tipo de tareas no son nuevas. En 1992 un incendio en el castillo de Windsor también lo destruyó parcialmente, pero gracias a este tipo de trabajo se pudieron recuperar algunos valiosos objetos. El método de trabajo es muy similar al de las excavaciones arqueológicas tradicionales. Consiste en dividir el área en cuadrículas de un metro cuadrado y excavar en capas de 25 cm. Posteriormente aquellas capas de interés que se recuperen pasan al Museo Mackintosh para su identificación.
Los involucrados en el proyecto se sienten optimista en cuanto al resultado de las «excavaciones». Esperemos que así sea por el bien cultural de la humanidad.
Fuente: The Guardian
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